IN – MEMORIAM, a Charlotte Fiji, la embajadora internacional de las propiedades terapéuticas de la planta cannabis sativa L.

Toda aquella persona que disfrute de las mejoras en la calidad que brinda el cannabis debería conocer la historia de Charlotte Fiji y lo que supuso para el uso, la aceptación y la normalización del uso terapéutico del cannabis en particular, y de las multiples propiedades que el cannabis y su inmensa gama de cannabinoides[1] poseen más allá de los usos recreativos del THC[2].

Charlotte y su hermana gemela nacieron un 18 de Octubre del 2006 en Colorado, EEUU. La pequeña Charlotte padecía un tipo de epilepsia infantil refractaria, conocida como el síndrome de Dravet[3]. Esta enfermedad se manifestó a los 3 meses de edad por primera vez y comenzó a provocarle crisis epilépticas, que cada vez concurrían con mayor frecuencia e intensidad. Cada crisis epiléptica provocaba daños a nivel cerebral, que a su vez conllevaban el retroceso en las capacidades motoras, expresivas y psicosociales en general de la pequeña Charlotte. A la edad de 5 años la pequeña Charlotte usaba silla de ruedas, sufría unas 300 crisis convulsivas severas a la semana y sus capacidades para hablar, comer y otras actividades básicas esenciales estaba seriamente dañada.

Su madre y su padre, desesperados, estuvieron probando diferentes tratamientos (a cual más agresivo) para tratar de detener las crisis convulsivas de la pequeña Charlotte, pero todos sus esfuerzos fueron en vano hasta que en 2012 un dia, el padre, desesperado desde la base militar estadounidense  en la que estaba destinado en Irak en su impotencia de saberse lejos, comenzó a buscar en internet tratamientos alternativos que tal vez pudieran ayudar a su hija y se topó con un video donde un padre a través del aceite de cannabis rico en CBD había conseguido reducir drásticamente las convulsiones de su hijo que padecía también un tipo de síndrome de Dravet. En ese instante el padre, descolgó el teléfono y junto a la madre, comenzaron a buscar la manera de probar con el cannabis para tratar a su hija. Además en Colorado justamente se había legalizado en el 2000 el cannabis medicinal, con lo que no se lo pensaron dos veces. Dada la gravedad del caso de Charlotte (“se estaba apagando más y más a cada crisis convulsiva” en palabras de la propia madre) y viendo que ningún tratamiento anterior había resultado mínimamente efectivo, optaron (contra su “sentido común heredado” que les decía que el cannabis era “droga”) probar el administrar el aceite de cannabis rico en CBD a su hija. De repente, desde las primeras tomas pudieron comprobar un drástico descenso de las convulsiones, hasta prácticamente hacerlas reducir en más de un 90% durante largas temporadas (pasando de 300 a la semana a 3 o 4 al mes en algunos periodos[4], siempre que se le administrase su aceite concentrado de cannabis.

Al remitir las crisis convulsivas, disminuyeron drásticamente también los daños y las secuelas que las crisis convulsivas provocaban en la pequeña Charlotte, ello posibilitó algo que los padres pensaron que jamás pasaría: Charlotte llegó a recuperar capacidades y habilidades que se habían perdido por el daño cerebral asociado a las crisis convulsivas, por ejemplo, Charlotte volvió a poder comer por si sola o a jugar con su hermana.

El caso de Charlotte salto a la fama mediática, ya que unos padres “modélicos” de la cultura mainstream (no pertenecientes a tribus urbanas o contraculturales) que no habían fumado en la vida y que no tenían ningún tipo de interés en el uso recreativo del cannabis, aparecieron en las televisiones contando las bondades de los usos medicinales de la planta con su hija menor y cómo les había cambiado la vida drásticamente a mejor gracias a la efectividad de los cannabinoides para paliar las crisis convulsivas (y las secuelas de éstas e incluso para recuperar capacidades), infinitamente superiores a las de cualquier tratamiento convencional de medicina occidental basada en la evidencia científica hasta la fecha. Desde este caso y su explosión mediática[5], el boom del cbd y del uso terapéutica de la planta del cannabis , incluyendo el cbd pero no restringiéndonos únicamente a ese cannabioide, fue absolutamente imparable a nivel mundial.

A raíz del caso de Charlotte , se “bautizo” una variedad  con el nombre de la pequeña charlotee (la Charlotte webs, que normalmente aparece en la carta de Bliss), se comenzaron nuevos estudios en torno al CBD (cannabidiol) y a las propiedades terapéuticas del resto de cannabinoides y sobre todo, inspiró a miles de madres y padres alrededor del globo para dar un paso al frente y buscar en el cannabis una medicación que paliase las convulsiones, el dolor y el sufrimiento de sus hijos e hijas, más allá de los prejuicios y estereotipos sociales e incluso más allá de cualquier frontera o peligro legal.[6]

Por todo lo narrado anteriormente, y por todo lo que, sin duda, seguirá generando en el futuro, la historia y ejemplo de Charlotte son cruciales para entender el devenir del cannabis y su estatus legal en el mundo. Por ello, todas las personas que deseen (deseemos) o luchen (luchemos) por la regularización del cannabis en cualquiera de sus usos, debemos estar agradecidos/as a Charlotte y a su familia por lo que simboliza, representa y significa.

Este pasado 7 de Abril del catastrofico 2020 Charlotte fiji falleció a causa de una neumonía atípica. A pesar de que la pequeña no dio positivo en Covid-19, los médicos y medicas que la atendieron la trataron como si un caso de Coronavirus se tratase dado el contexto mundial de pandemia y la naturaleza desconocida de la neumonía grave con la que ingresó en el hospital.  Tal y como expreso a modo de despedida un amigo de la familia en las rrss de la madre Paige Fiij: “Charlotte ya no sufrirá. Ya no tendrá ninguna convulsión mas… Muchas Gracias por su amor”. El agradecimiento es mutuo. Desde Bliss expresamos nuestro pesar por esta perdida y nos comprometemos a mantener encendida la llama del cannabis medicinal que ella y su familia tanto avivaron.

 


 

[1] Principios activos propios de la planta del cannabis. Principales elementos bioquímicos responsables de los efectos lúdicos y terapéuticos de la planta (junto con los térpenos y flavonoides en segundo y tercer lugar)
[2] El cannabinoide que provoca una mayor psicoactividad en el cerebro. El principal responsable de los efectos recreativos del cannabis, de hecho es esta molécula la que está fiscalizada explícitamente en los convenios internacionales sobre estupefacientes.
[3] El síndrome de Dravet, también conocido como epilepsia mioclónica grave de la infancia o epilepsia polimorfa, es una encefalopatía particular de la niñez. Fue identificado por Charlotte Dravet en 1978 y reconocido como un síndrome epiléptico por la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE) en 1985.
[4]Osborne, Hannah (June 20, 2014). «Charlotte Figi: The Girl Who is Changing Medical Marijuana Laws Across America». International Business Times. Retrieved April 8, 2020.
[5] Foto portada revista high times (que ilustra el articulo), documentales de la BBC etc
[6] Como muestra de esta afirmación recomendamos encarecidamente el documental “Ilegal” 2014 Brasil del director Tarso Araujo, en el que se narra en primera persona la historia de varios madres y padres y su lucha para poder dar cannabis a sus hijos, ya que sólo en el cannabis han hallado una respuesta terapéutica para sus demandas.

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