PREGUNTAS GENERALES

Tanto el Cannabidiol, también llamado CBD, como el TetraHidroCanabinol, el THC, son ambos cannabinoides.
Los cannabinoides son los principios activos de la planta Cannabis Sativa L., es decir, los cannabinoides son, básicamente, los responsables de los efectos lúdicos y terapéuticos de la planta del cannabis.

El THC es el cannabinoide que nos produce la psicoactividad (y por eso mismo esta fiscalizado todos los productos que contengan una concentración superior al 0,2% de THC. Pero no todos los cannabinoides son psicoactivos ni están fiscalizados. Por ejemplo: El CBD o Cannabidiol, es uno de los dos cannabinoides más presentes en la planta del cannabis y que presenta múltiples propiedades medicinales. Las más destacables son la neuroprotección, la antiinflamación y la relajación psico-física. Un aspecto clave del CBD es que no es psicoactivo y que, además, reduce los efectos secundarios generados por el THC, como la ansiedad, la taquicardia o la alteración de la conciencia/psicoactividad.

El cannabis es una substancia natural que actúa de una manera particular en cada uno. Si existen siete mil millones de personas en el planeta, existen siete mil millones de efectos de la planta en interacción con el organismo humano. Con esto queremos decir que, de entrada, no se puede preestablecer qué concentración es la más adecuada para una persona. Solemos partir del estándar de la concentración del 1000 mg para la gran mayoría de personas que inician la toma de aceite con cannabinoides. Se recomienda que, al menos, siempre haya la misma cantidad de CBD que de THC para reducir los efectos nocivos que pudieran aparecer en la ingesta de THC. Ahora bien, si son niños/as, o sujetos que suelen ser muy sensibles a nuevas substancias, es preferible que NO se ingiera THC en absoluto y que además de ingerir en exclusividad CBD se debería tomar de muy poco a poco, con concentraciones como las del 300 ó 500 mg que serán las más adecuadas para ellos/as.

Para la administración de este cannabinoide hay diferentes vías. La más habitual y aconsejable es la vía sublingual, siendo el formato un aceite (normalmente de cáñamo o de oliva) con extracto de Cannabinoides (CBD, THC etc).
La forma de toma con la via sublingual es muy sencilla, solemos recomendar que se echen las gotas a una cucharita y de esta manera contamos exactamente cuántas gotas caen. De ahí, chupar la cuchara y dirigir el aceite debajo de la lengua. Mantenerlo un minuto y tragar el remanente. A veces queda un regusto a hierba en toda la boca, para algunas personas esto es agradable, para otras no tanto. Si eres de estas últimas, puedes tomar un trozo de pan, bizcocho o similar para quitar este sabor y que le siente mejor al estómago. Esto es algo opcional. Otras opciones es ponerte delante del espejo y contar las gotas que van cayendo. También puede echártelas alguna persona de confianza que cuente las gotas. Esta última opción es en situaciones en las que la persona que va a tomar el aceite esté impedida, recomendamos siempre el fomento de la autonomía, a la vez que sabemos lo valioso e importante que es tener a alguien cerca que

pueda hacer esto por nosotros (en situaciones de gente muy mayor, diversidad funcional grave, etc.)

Existen otras vías como la inhalada, bien sea fumando o por vaporización. Sabiendo lo perjudicial para la salud que es fumar, esta vía inhalada mediante combustión queda desaconsejada, ya que se pueden obtener todos los beneficios de esta vía inhalada, mediante el uso de vaporizadores, siendo el mismo menos nocivo para nuestro organismo que la combustión que se genera al fumar. También está la vía digestiva, la cutánea, la rectal y la vaginal.

Partiendo de la base de que la dosificación la tiene que decidir el paciente, recomendamos siempre empezar por 1-2 gotas sublinguales y valorar el efecto: ¿Me alivia el dolor, me siento menos ansioso, noto la musculatura más relajada, duermo mejor, se me atenúa el temblor, etc.? La auto-observación es
importante cuando comenzamos a tomar el cannabis. He de valorar cómo siento los síntomas por los que estoy tomando cannabinoides. Si mejoran, es señal que vamos encontrando la dosis adecuada. Si no noto nada, hay que ir aumentando las gotas, hasta lograr el efecto deseado. Es importante también valorar
qué intensidad tiene este efecto, es decir, en qué grado los síntomas se ven aliviados. Siempre se ha de tratar de optimizar los efectos terapéuticos que se buscan, pero nunca hay que comprometer una correcta funcionalidad en el día a día de la persona que toma cannabis para mejorar su estado de salud.

Siguiendo el hilo de la respuesta anterior, es cuando dejo de notar la acción de los cannabinoides cuando me correspondería tomar la siguiente dosis. Lo máximo recomendado es cada 4-6 horas si hacemos un uso sublingual.
Hay personas que cada 12 horas les va muy bien, incluso algunas lo toman únicamente antes de dormir y con eso es suficiente.

También hay situaciones en las que no hace falta tomarlo a diario, a muchos usuarios les gusta tenerlo cerca por si empiezan a sentir ansiedad, o tensión de la musculatura, por ejemplo. Pero en su día a día no lo necesitan como uso rutinario.
Asimismo, es aconsejable consumir Cannabinoides una vez al día (con cualquier vía de administración), no ya como medicina paliativa, sino como medicina preventiva. Algunos cannabinoides (como el CBD) ayuda a retrasar la aparición y a ralentizar el desarrollo de todas las enfermedades neurodegenerativas, dadas sus propiedades neuroprotectoras.

Las ganas y el ánimo es algo muy importante a la hora de hacer cualquier cosa, y en la toma de cannabinoides también lo es. Os recordamos que el CBD, CBG y otros cannabinoides no tiene ningún tipo de psicoactividad, es como si te bebes una cerveza sin alcohol… ¡no puedes emborracharte!. De todas formas, que no tenga esta propiedad no quiere decir que no vayas a notar nada. El CBD no es una substancia inocua, tiene sus propiedades y acciones en nuestro organismo. Afecta a receptores moleculares que se localizan en el sistema nervioso, muscular, circulatorio, etc. Por lo tanto, sí, puedes empezar a tomarlas ya, y te animamos a que observes qué vas sintiendo.

Te recomendamos también, que sea una dosis baja (1 ó 2 gotas), ya que si no notas nada siempre estás a tiempo de aumentar la dosis.
En el caso de que hayas decidido consumir cannabis rico en THC con fines terapéuticos, te recordamos que el THC es una sustancia fiscalizada (ilegal) y por tanto nunca ha de ser utilizada terapéuticamente sin el control y la supervisión de un equipo médico especialista.

Existen otras vías como la inhalada, bien sea fumando o por vaporización. Sabiendo lo perjudicial para la salud que es fumar, esta vía inhalada mediante combustión queda desaconsejada, ya que se pueden obtener todos los beneficios de esta vía inhalada, mediante el uso de vaporizadores/cigarros electrónicos, pero sin dañar nuestro organismo como sí lo hace el fumar (combustionar). También está la vía digestiva, la cutánea, la rectal y la vaginal.

Es un Cannabinoide con usos terapéuticos muy importante, pero no es el único ni en algunos casos el más efectivo. El CBD es el componente no-psicoactivo del cannabis y tiene muchas aplicaciones terapeuticas, pero para algunos de los usos más reconocidos e indubitables del cannabis como la orexigeno, como el poder antiemetico el THC es absolutamente imprescindible.

 

Además, el efecto séquito nos indica que la administración conjunta de THC y CBD, mejora los efectos terapeuticos tanto de uno como de otro.

 

Inclusive los térpenos, flavonoides etc también tiene propiedades terapeuticas… Por lo que podemos considerar que el todo CBD es cannabis terapeutico, pero no todo el cannabis terapéutico se puede considerar CBD (existe thc, más de 110 cannabinoides, terpenos, flavonoides etc).

Además de propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras, el CBD es un elemento imprescindible en el uso terapéutico del cannabis ya que reduce los posibles efectos negativos que pueden aparecer con el THc, como ansiedad o paranoia, ya que reduce cualitativamente la sensación de psicoactividad.

No hay evidencia clínica suficiente para poder afirmar que el cannabis “cure el cancer”.

Indiscutiblemente ayuda como paliativo contra los efectos secundarios de la quimioterapia, pero se ha demostrado únicamente en experimentos in vivo en animales e in vitro el poder antitumoral de los cannabinoides para tres tipos concretos de cáncer (Gliobastoma multiforme,Melanoma, Cancer de pancreas) en tanto que provoca apoptosis y detiene metastasis.

Existen reportes individuales de personas que afirman haberse curado con cannabis, pero no disponemos de evidencia clínica (en humanos) suficiente como para poder afirmar que los cannabinoides son un agente antitumoral capaz de revertir la enfermedad en humanos. -Los resultados in vitro e in vivo en animales NO son extrapolables a los seres humanos. Además, como comentamos en el punto relacionado con la salud mental “correlación, no es causalidad”.

POSIBLES CONTRAINDICACIONES

Los efectos adversos en general son leves. Cuando usamos más CBD del que nuestro organismo puede procesar óptimamente, pueden aparecer sensación de cansancio, somnolencia, sequedad de boca, cefaleas y leve mareo.
Para el uso del THC (sobre todo cuando no va acompañado de las mismas cantidades de CBD) los efectos secundarios, aunque leves, pueden ser multiples: Cansancio, pesadez, sequedad de boca, hipoxia, alteración del ciclo del sueño, alteraciones en el animo, desajustes en el nivel de ph de la piel etc

Lo primero es recordar que estos efectos se pasan en un breve periodo de tiempo. Se podría decir que aproximadamente dura lo que dura también el efecto positivo, unas 4-6 horas como máximo. Son efectos que, de aparecer, lo hacen de una manera leve y llevadera.
Si vemos que son acentuados, para la siguiente toma es suficiente con la disminución de la dosis que hemos ingerido. Si los efectos negativos son muy agudos, lo más sensato y prudente es abandonar por completo el tratamiento.

Si bien , cabe recordar que estos efectos desaparecen totalmente si suspendemos la administración de Cannabinoides. De todas formas, la comunidad científica asegura que los cannabinoides se suelen tolerar bien y que resultan unos principios activos muy seguro para el uso humano, incluso a dosis altas.

Los cannabinoides son siempre un tratamiento que no es de primera línea y que es, por definición, un tratamiento coadyuvante del tratamiento convencional pautado por el médico especialista. De hecho, siempre recomendamos a la persona que quiere tomar cannabinoides que comente con los médicos que le hacen el seguimiento que va a empezar un tratamiento con cannabinoides.
Lo importante es que la salud y la calidad de vida de la persona mejore, y cuanto más se pueda aportar para ello, mejor. Apostamos por la unión y hacer red, los bandos y las alternativas aisladas ya no sirven. Los cannabinoides actúan sinergicamente con la gran mayoría de los medicamentos, potenciando así la acción analgésica, anticonvulsiva, ansiolítica, hipnótica, antiinflamtoria, etc.
Las únicas interacciones negativas registradas serian con: Ibuprofeno, Aspirina e Indometacina. Si bien, la negatividad de la interacción se limita a una reducción de la potencia de los efectos, tanto de los cannabinoides, como de los medicamentos anteriormente citados

Hasta la fecha no consta evidencia de contraindicación clara para el CBD. Si acaso siguiendo un principio general de prudencia, el consumo de cannabis puede bajar la tensión arterial, luego no es recomendable en principio para aquellas personas que padezcan hipotensión.
Con respecto al THC, no es recomendable su uso en aquellas personas que haya padecido o posean en su familia algún tipo de antecedente en relación a patologías de índole mental.
Tanto CBD , como THC, como cualquier otro cannabinoide, no es recomendable su uso en embarazadas en gestación, ya que al ser lipofílico quedan adheridos a la leche materna que ingerirá el o la bebé gestante.

 

No existen estudios que demuestren una relación causal entre el uso de cannabis y la aparición y desarrollo de una esquizofrenia, psicosis etc.… en la población en general. La frecuencia de la aparición de la enfermedad permanece estable en EE. UU. y Europa, cuando, sin embargo, las cifras de consumo de cannabis se han incrementado exponencialmente desde los años 50″ Fernando Caudevila. «Cannabis, Colectivo Interzona. Cannabis y psicosis» 

El cannabis es un factor desencadenante para favorecer la aparición de enfermedades mentales, en aquellas personas con una predisposiciónn genética para tales patologías. Diversos estudios científicos han demostrado la asociación estadística entre consumo de cannabis y desarrollo de la esquizofrenia: la enfermedad hace su aparición con más frecuencia en personas que consumen cannabis que en aquellas que no lo hacen. Pero el hecho de que dos fenómenos aparezcan asociados no significa que uno sea causa del otro (…correlación no es, ni implica, causalidad). La prevalencia de consumo de cannabis es mayor entre las personas diagnosticadas con esta clase de patologías que entre las personas no diagnosticadas. Estudios longitudinales indican que el consumo intenso de cannabis incrementa 2,6 veces el riesgo de presentar algúnn transtorno psicótico en caso de estar predispuesto genéticamente para ello.

Efectivamente la memoria a corto plazo se ve dañada por el cannabis, pero sólo durante el periodo en el que la persona está bajo los efectos de la sustancia (…) Estudios sugieren que en consumidores regulares, a partir de la 4ª semana de abstinencia, los déficits en la memoria a corto podrían ser reversibles y desaparecer»

Fuente: ”Marihuanna y Salud» Biblioteca de la Salud pag.136

J.R. De la Fuente (coordinador)

El cannabis es una de las sustancias (legales e ilegales) que menos potencial adictivo tienen y que entrañan una menor peligrosidad para los individuos y la sociedad, lo que no significa que no se pueda desarrollar una adicción al consumo de cannabis. Una adicción siempre es una problemática compleja que involucra sustancia-contexto-individuo.

Los síntomas que muestran que una persona ha desarrollado una adicción al cannabis aparecen cuando la persona en cuestión deja de consumir de manera abrupta, y pueden ser:

-insomnio, -irritabilidad, -animo bajo, -hiporéxia; incluso en casos muy severos, síntomas físicos como : -temblores,-diaforesis, -cefalea y dolor abdominal.

De hecho, aproximadamente entre el 9%-10% de los consumidores de cannabis desarrollarán una adicción.

Fuente: ”Marihuanna y Salud» Biblioteca de la Salud pag.129/130

J.R. De la Fuente (coordinador)